Un pececito y una motica se encontraron luego
de un largo viaje por el agua.
Pecito era largo, gordito y tenía una hermosa cola de colores. Motica, blanquita y coqueta, esperaba risueña
a Pecito sentadita en su banco volador, mientras él nadaba río arriba o río
abajo.
A veces llegaba muy cansado, pero Pecito
siempre encontraba a Motica muy bella y cariñosa y con alguna historia para
contarle.
Motica un día le habló de unos humanos
amorosos que deseaban tener una hija y que habían esperado 15 años para que
ella llegara a sus vidas.
Al fin, después de mucho amor, comprensión y
alegría de vivir, estos humanos amorosos, recibieron la gran noticia. Pronto
llegaría a sus vidas una hermosa niña.
Una motica blanquita y coqueta se había unido
en un fuerte abrazo a un pececito largo,
gordito con una hermosa cola de colores, y juntos habían creado las células de
una hermosa niña que creció en el hogar de estos humanos amorosos.
A Motica y Pecito les encanta esta historia
feliz, por eso, cada vez que llegan visitantes al banco volador, ellos les
narran el viaje por el agua que hizo posible el nacimiento de esta hermosa
niña, Valeria Carolina, la misma que ahora escucha el cuento de esta historia feliz.
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